Con años en la cumbre del rap, un género que ha masticado y digerido como pocos en España (y mucho más), Javier Ibarra Ramos, mejor conocido como Kase.O, incursiona en territorios complementarios a la música, alternando su presencia en escenarios (de los que descansa por un tiempo) con proyectos como Moonlight en Zaragoza, o una línea de productos CBD (a base de aceite de marihuana sin THC). Otrora líder de los Violadores del Verso, compositor y creador en activo, se muerde la lengua pero solo de vez en cuando. Provocar, desde cierta vocación transformadora, le viene por defecto. Con decenas de discos, éxitos y pepinazos a cuestas, disfruta ya no tanto con la idea de ser el mejor sobre el terreno, como con ser “el gordo que la pisa bien”.
P. ¿Provocar es necesario?
R. Es algo ambicioso; no es fácil lidiar con la provocación. Hay que estar dispuesto a recibir críticas, aunque también es cierto que una vida tranquila es guay. Si tienes una idea a la que puedes aferrarte, a por ella. Pero por diversión o por vanidad, no, o al menos ese no soy yo.
P .¿Qué tanto medirse en momentos de corrección social?
R. Hay corrección, pero aparentemente. Es muy distinto el mundo virtual al real. El virtual no se puede medir, es puro ruido. Desde que comenzó el año no me relaciono mucho con internet. Quiero realidad. Hay que protegerse y educarse, porque es una auténtica droga de impulsos e impactos.
P. ¿Hasta qué punto te muerdes la lengua?
R. No puedo defender todas las locuras que se me ocurren. Me la muerdo porque no hay una verdad absoluta y es lo que más me jode, no poder defender ideas e ir a por ellas como quisiera, aunque las busco constantemente.
P. ¿Alguna receta te resume?
R. La rima asonante. Que le den por saco a la consonante. Ahora busco el mensaje ante todo y que sea lo más sincero posible. Y ahí la rima no cabe.
P. ¿Por qué ese odio a la consonante?
R. No hace más que condicionar el mensaje. Y el mensaje tiene que salir del corazón. Si encima la rima es bonita y las palabras seleccionadas están representando un sentimiento tuyo, boom. Encajar un sentimiento en 11 sílabas es aprisionarlo. Y vaya que he sido un fanático y un esteticista pero… ¿años rapeando para que luego la gente no sepa siquiera si me gusta el pescado o la carne? ¿Mucha métrica elaborada y acrobática para que luego la gente no sepa nada de ti?
P. ¿Te condiciona que otras personas, al disfrutar de tu música, se lleven lo que compones a la boca?
R. No es la misma creatividad de Javi en su cuarto, con 14 años, que la de Kase.O ahora. Se sufre más porque uno se exige más, toca cuidar que el perfeccionismo y el ideal del arte no te priven de jugar con las ideas ni expresarte. Hay una cuestión de orgullo, porque tú quieres que lo flipen con tu movida. Que oigan tus canciones, que estas trasciendan y transformen a quien las escucha, lo que supone un poco de vanidad en ese sentido, por qué negarlo. No es que diga déjame hacer algo con lo que se identifique toda la gente, pero si hablas del amor o desamor, siempre habrá alguien que haya pasado por esa experiencia y piense: gracias por ponerle palabras a esto, ¿no? Uno tiene que expresarse a sí mismo, aunque no basta. Mucho se queda en el cuaderno. Mi labor está en filtrar las ideas, elegir las mejores, las más finas y digerirlas para que, cuando le lleguen a ese cabrón, no sepa por qué, pero le encanten.
P. ¿Puede una rima tener textura o temperatura?
R. No lo sé. Texturas lo puedo concebir o contemplar. Imaginemos, por ejemplo, una frase con muchas “pes”, muchas “emes”. La palabra bomba explota en tu boca. ¿o no? Así de maravilloso es el lenguaje, tiene sutilezas espectaculares. Puedes evocar sabores también, ahora que me junto mucho con gente como Borja Insa, veo cuán cargado de especias está el léxico de la gastronomía.
P. ¿Por ejemplo?
R. Si te digo:
¿Tienes sed de mis crónicas? Pues bebe de este té
De palabras aromáticas que recolecté
Y de repente aparece algo de tomillo, una infusión. ¡Lo puedo oler…!
Si mi cuaderno fuera un postre, sería un hojaldre
De higos, nueces y miel, una crepé de hiel para ti, infiel
Piensa en un cuaderno que sea un hojaldre, es supergoloso…Pero hay que ser muy sutil. Usar la palabra pepinillo en un rap… ¿En qué contexto podría ser? No es precisamente una palabra bonita. O alcachofa, ahora que la pronuncio me resulta hasta cómica.
P. ¿Qué son las frases pepino?
R. Punch lines, líneas que te golpean. Yo las llamo pepinos, que en nuestro argot son un hit. Las que sabes que van a golpear al oyente. Cada cuatro o ocho frases, aparece una pepino, o sea la más bella, la que tiene todo el significado.
P. Hablando de lenguaje, ¿qué te dice el culinario?
R. Me resulta inspirador. Tiene muchas artes en sí mismo, implica los cinco sentidos según qué experiencia. El que tiene cierta sensibilidad se acaba fijando en cada detalle, en una flor, textura o crujiente. En mi caso, la alta cocina puede ser algo intelectual e intenso, un evento especial. Me pongo nervioso desde la semana anterior, pues implica manejar expectativas también, considerando lo que supone hacerte tu propia experiencia entre tanta información a nuestro alcance. Yo que soy un idealista, voy por la vida decepcionándome. Cuando tienes ideales demasiado altos, normalmente la realidad no alcanza. Conseguirlo sería el nirvana.
P. ¿Dónde está el sabor para Kase.O?
R. No sé dónde. Solo sé que he estado en sitios donde he probado cosas y se me ha ido la olla. Me voy de la realidad y del presente. Conseguir experiencias que te dejen noqueado es a lo que aspiro con mi idealismo, con ese arte puro que ojalá nos deje a veces transformados o removidos. La cocina, sin embargo, es muy efímera, cuando termino el último bocado ya siento nostalgia y pena. Por más foto que hagas de lo que comes, ese bocado no vuelve. La maravilla que de repente sientes, hostia… ¡se fue!
P. Sin poderlo repetir como quien da play de nuevo a una canción.
R. Igual que tantos momentos de la vida. Ahí está su encanto.
P. ¿Por qué comes como comes?
R. El canon me viene de mi madre, su mayonesa no la ha batido nadie aún. Ella es el origen, la baza más alta. Luego, viajar por conciertos y giras era aprovechar para probar cosas. Ahí donde había camioneros en las vías, pum, estábamos y nos aficionamos. Ir a Valladolid o a Zamora era, además de la ilusión del concierto, la la posibilidad de explorar qué comer. Con las nuevas aplicaciones ya es una obsesión. Termino las giras con 10 kilazos de más, sin mentir. La curiosidad por la bebida ha sido más en años recientes, por el contacto con Javi Curato, Félix Artigas, Borja, con narices privilegiadas que te incentivan y traducen lenguajes.
«Yo que soy un idealista, voy por la vida decepcionándome. Cuando tienes ideales demasiado altos, normalmente la realidad no alcanza. Conseguirlo sería el nirvana.».
RELAJADO
En septiembre de 2023, el músico zaragozano concedió una entrevista al diario El Español que sacó ampollas. Sus declaraciones (en las que hablaba sobre todo de lo que supone para él desarrollar una profesión o una pasión) generaron rechazo sacadas de contexto; y en cierta palestra —sobre todo en redes sociales— ni sus años como rapero poniendo en palabras hasta lo inimaginable le salvaron de una desbordada reacción. “La vida te pone en situaciones tan surrealistas que escapan de cualquier entendimiento. Quizá por ir tanto por la vida precisamente de surrealista, me llevé una buena taza de vida real, frente a realidades que se salen de control, no sabes ni quién ataca o por qué. He sido anarquista, antifascista, antimonárquico…y de repente se abre la veda y ves que se le puede zurrar al mismísimo Kase.O”, refiere repasando un episodio frente al que reconoce que sí, “las palabras hay que cuidarlas”.
P. ¿En todos los casos?
R. Hay cosas que te puedes callar. Tanta sinceridad ¿es realmente necesaria? Me refiero a esa que a veces es arrogante, la que se ofrece sin que nadie te la pida. La sinceridad que valoro es la que viene de uno mismo, la que expresas en tu trabajo. En mis canciones es una norma. Y es superduro. Porque no hay realidades a las que asirse, no hay tangibles. No soy el mismo a las 7 am que a las 5 de la tarde ni después de esta sobremesa. ¿Quién es el Javi? Dar con esa esencia es jodido, porque es voluble. Pero hay que buscarla.
P. ¿Hablando de volubilidad, a qué viene tu incursión en el ámbito del CBD?
R. Viene a ser el mismo producto que el cannabis, pero aprovechando las propiedades que no son psicotrópicas sino las relajantes, es un ansiolítico muy leve. Como aficionado a la marihuana desde hace muchos años, encontré un contacto con ese mundo y su aroma que me atrajo. Probé variedades hasta que di con los de Trie CBD, una empresa muy seria, y no hay color. Optamos por hacer un producto chulo con ellos.
P. Aunque el consumo de estos productos se normaliza, aún despiertan prejuicios.
R. ¿Qué pasa, que por el qué dirán dejamos de hacer cosas? No hace daño, es inocuo y si tiene algo, es bueno. Hay que atreverse, de lo contrario sería como que no pudiera rimar sobre cosas que van a molestar. Dios no me ha hecho violinista, ni soy rock ni pop, soy rapero. Tengo que hacer crítica social. Primero autocrítica y luego hacia afuera. Hay que asumir que eres rapero. Y un rapero que no se meta en líos no vale para nada. Si paso mucho tiempo sin meterme en líos, es que estoy flojo.
P. Dices que te estás preparando para dejar de ser “el mejor” en tu ámbito y pasar a otro plano. En nuestro mundo, el gastronómico, cuesta encontrar este tipo de reflexión entre los principales exponentes, asimilar nuevas fases de la fama o de la vida. ¿Por qué decides cambiar de posición?
R. Dar lugar a otros es importante. Por salud mental, por relajar un poco la mente y la presión. Ahora soy el gordo que la pisa bien. Llevo el 16 a la espalda, ya no soy el 9. Que tu mente acepte ese nuevo rol es importante. Primero, porque hay gente muy buena buscando lugar. Luego, uno se hace mayor y hay que saber aterrizar. A mí no me gustaría darme una hostia gorda, sino más bien aterrizar.
P. Mantenerse vigente como artista, ser “importante” a toda costa, ¿es posible?
R. Lo decide la peña.
P. ¿Qué es para ti la creatividad?
R. Es ese espacio de a ver qué pasa. Un momento íntimo delante de un papel en blanco: en principio divertido, porque supone moverse por el mundo de las ideas. Pero luego, si sabes que de esas ideas va a participar un gran número de gente, la experiencia cambia.
P. Para quien no esté muy familiarizado con tu mundo, con el rap o el hip hop, quizá parezca que es todo improvisación, que te lanzas como quien salta en caída libre.
R. A veces la gente piensa que uno ha hecho una canción en una tarde. Y sí, sí… lo bonito está en eso, que una cosa que te resulta tan chula te parezca fácil pero no lo sea. Son necesarias muchas tardes para diseñar una buena bomba que lanzarle al cerebro.
Está el pensamiento, el sentimiento, pero luego la palabra: no es lo mismo pensar algo que decirlo y a veces repetir o recitar algo puede ser sanador. De un tiempo para acá intento compartir mensajes positivos, algunos pueden funcionar incluso como un mantra. Algo que sea de bienestar para ti mismo, de amor al fin y al cabo. Esto tuvo mucho que ver con un proceso de depresión por el que pasé. Yo pedía, pedía, pedía… Un día, un episodio concreto, me llevó a entender que “cuanto más amor das, mejor estás”. Hostia, pensé, ¿cuanto más amor recibo mejor estoy? ¡No! Lo contrario. Me miré al espejo y empecé a salir de la depresión a través de ese mantra. Un gesto de amor profundo y sincero me cambió la vida. Y salió una canción que gusta mucho a mis seguidores, de las que estoy más orgulloso.